PAPÁ NOEL ES TOLKIEN

Por Charly Longarini

Hacia Viernes Salvajes

A La Plata fui un par de veces a hacer tramites de toda índole. En mi última incursión a la ciudad de las diagonales, tuve el tiempo justo para entrar en una librería de la que difícilmente recuerde dónde queda. Sólo sé que estaba a mitad de cuadra, era muy pequeña y tenía muchos libros viejos y usados. Entré con la estéril promesa de no comprar, sólo ver. Pero el destino a veces me juega una buena pasada y pone bonitos libros ante mi nariz.

A Las cartas de Papá Noel, escritas por Tolkien, las descubrí en una libreria de viejo en la ciudad de La Plata. Libro ancho en su superficie de tapa dura pero de poca extensión. Recopila las cartas que Tolkien le mandaba a sus hijos para Navidad como si las escribiera el mismísimo Papá Noel. Esas respuestas a los pedidos de los niños, se las dejaba en el árbol junto con los regalos. En ellas, para completar más la experiencia, les hacía dibujos y contaba algunas pequeñas anécdotas en el Polo Norte sobre duendes, elfos y demás personajes del folclore navideño.

Cuando hojeé el libro, supe de inmediato que lo necesitaba y que además quería hacer lo mismo con mis hijos el día que los tuviera. Acá se puede ver al Tolkien papá y al Tolkien escritor. Porque imagino que para él no debe haber existido lectores más exigentes que sus hijos. De hecho, las primeras nociones de El Hobbit nacieron en forma oral junto a la cama de sus hijos por las noches antes de dormir.

En la vasta obra de John Ronald Reuel Tolkien, (1892-1973), en toda su máxima creación de la Tierra Media, escenario de El Señor de los anillos, territorio de enfrentamiento entre la oscuridad del mal y las aventuras de hombres medios que deben asumir su destino al destruir un anillo poderoso, Las cartas de Papá Noel son la mejor obra de un tipo que fue escritor, mitólogo, filólogo y un padre amoroso.